No importaban las formas, solo importaba ganar para empezar a despejar nubes de una tormenta que iba tomando dimensión.

Más allá de las necesidades y la presión de volver a ganar, el Canario no se esmeró demasiado en jugar vistoso para conseguirlo. Jugó como pudo, ante un rival muy débil que opuso resistencia haciendo tiempo y cortando mucho el ritmo del partido. 

Flandria solo se tranquilizó cuando llegó al gol al principio del segundo tiempo, con un penal bien cobrado sobre Palacio y que Sálega se encargó de facturar. 

Luego se encargó de aguantar algún embate aislado del Lila pero el arquero Figueroa no pasó ningún sobresalto. 

El equipo de Davio volvió al triunfo y fue solo eso. Debe mejorar mucho las formas para seguir levantando en el juego y en la tabla de posiciones.