El gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, encabezó este martes una conferencia de prensa desde el Comité de Emergencia en Puente 12, La Matanza, para denunciar la falta de respuesta y la paralización de obras hidráulicas clave por parte del Gobierno nacional, que agrava la crisis por las inundaciones que afectaron a 30 municipios durante el fin de semana.

Acompañado por los ministros Andrés Larroque, Javier Alonso y Gabriel Katopodis, Kicillof explicó que, aunque el agua comenzó a bajar en la mayoría de las zonas afectadas, persisten focos críticos como Salto y Campana donde el drenaje no avanza. En ese marco, el gobernador apuntó con dureza contra la administración nacional por frenar las obras que podrían haber mitigado los daños y retener los fondos que le corresponden a la provincia para emergencias y obras públicas.

“No es un favor, es dinero que le corresponde a la provincia. Lo mismo pasa con los fondos para infraestructura, que se deberían financiar con el impuesto a los combustibles”, reclamó Kicillof, al tiempo que denunció que el gobierno central “vive una situación de cero obras” y mantiene paralizadas más de mil obras en todo el país, muchas bajo responsabilidad de Nación.

Mientras tanto, el ministro Larroque detalló el avance del operativo de asistencia, con ayuda distribuida en 38 distritos, entregas masivas de alimentos, colchones, kits de limpieza y otros insumos esenciales para los damnificados. Por su parte, el ministro de Seguridad Alonso confirmó que continúan las tareas de búsqueda de desaparecidos y el refuerzo de la seguridad en zonas anegadas y centros de evacuación.

Por último, el ministro Katopodis advirtió que, aunque el volumen de lluvia fue excepcional, la paralización de diez obras hidráulicas clave —muchas ya licitadas pero sin financiamiento— dejó a la provincia sin herramientas fundamentales para enfrentar el temporal. Kicillof también mantuvo comunicación directa con intendentes de los municipios más afectados para coordinar la respuesta.

Esta emergencia no solo desnuda la magnitud del desastre climático, sino también la desidia y falta de compromiso del Gobierno nacional, que ante un evento histórico opta por la inacción y la paralización de inversiones que podrían salvar vidas y hogares.