Tras las elecciones de octubre, el Gobierno apura un proyecto que busca simplificar el sistema impositivo. Especialistas reclaman terminar con retenciones, Ingresos Brutos y el impuesto al cheque, pero advierten que el oficialismo enfrenta la trampa de sostener la recaudación para no perder el superávit.
La Casa Rosada prepara una de las reformas más ambiciosas de su programa: la tributaria. Según anticipó el FMI en su último informe, el proyecto estaría listo para fin de año y se diseña con apoyo del Banco Mundial y el BID.
En el 25° Congreso Nacional de Ciencias Económicas, el economista Osvaldo Giordano advirtió que “los malos impuestos generan más de un cuarto del financiamiento del Estado” y apuntó directamente contra Ingresos Brutos, retenciones y el impuesto al cheque. Propuso avanzar con un “súper IVA” que unifique IVA, Ingresos Brutos y tasas municipales en un solo tributo.
El tributarista César Litvin coincidió en que el sistema actual desalienta la inversión y la competitividad. “Ingresos Brutos es el peor de todos. Le siguen las retenciones y el impuesto a los débitos bancarios”, señaló, y reclamó un esquema que combine simplificación tributaria con equilibrio fiscal.
El FMI, por su parte, remarcó que la reforma debe estar bien secuenciada para “mejorar la eficiencia, la equidad y la disciplina fiscal” en todos los niveles de gobierno.